Una vida como opositora (truquitosdeunaopositora)

Antes de nada, me gustaría adelantaros el final, porque quiero dejar claro que mi experiencia como opositora ha sido mi vida durante 10 años. Ser opositora ha sido un estilo de vida con el que he tenido que aprender a convivir y con el que al final (muy final) he conseguido la plaza, bueno en mi caso, las plazas.

Había terminado la carrera de Maestra de Educación Primaria, de esto hace diez años, yo soy de Diplomatura, y sentía que era lo que tocaba. Aunque en el último curso de la carrera tenía la necesidad de formarme más, por lo que a la vez que decidí empezar a opositar me matriculé en la licenciatura de Psicopedagogía. Esta fue una de las mejores decisiones que pude tomar aconsejada por mi padre, maestro de primaria que, viendo la situación de aquellos años de oposiciones, con un número tan elevado de interinos en Andalucía, veía lo complicado que sería obtener plaza a la primera sin baremo. Igualmente, yo ese año “eché los restos” en la oposición, por las mañanas y tardes iba a la facultad ya que tenía turno partido y en los huecos estudiaba las opos. Aunque a mitad del primer cuatrimestre tuve que decidirme por una de las dos, así fue como me preparé algunas asignaturas de psicopedagogía para poder mantenerme en la carrera para el siguiente curso y me rendí a opositar.

Primera oposición.

A partir de ahí todo lo que pasó fue un listado de muchas de las cosas que no se deben hacer cuando opositas, llevaba la “L” de novata en esto de opositar y además ahora visto desde fuera, estaba mal aconsejada por la academia en la que me preparaba. Ya no tenía que ir a la facultad todo el día como lo estaba haciendo, así que disponía de más tiempo para opositar. Me levantaba a las 6 y media de la mañana y me acostaba de madrugada, dedicaba unas 8-10 horas al día a la oposición. Logré preparar 24 de los 25 temas de la especialidad de Primaria, la Programación Didáctica la hice por completo yo, personalizada con el guión de la academia y la defensa oral no me dió tiempo de prepararla del todo. Finalmente saqué un 8 en la primera parte y un 5 en la segunda, por lo que la media final sería muy baja como para que me llamaran de la bolsa hasta la siguiente convocatoria.

Segunda oposición.

Esta vez me encontraba terminando Psicopedagogía, así que decidí prepararme por mi cuenta de nuevo Primaria, ya contaba con material de la última oposición. Pero cuando confirmaron que en esa convocatoria habría casos prácticos, decidí de nuevo matricularme en la misma academia, ya que estaba muy perdida en cómo afrontarlos.  Sentía que no terminaba de convencerme la manera en que resolvían los supuestos prácticos en la academia, pero no tenía otro referente ya que mis amigas también se preparaban en la misma academia, así que seguí con ellos, ese fue un gran error. Esta vez llevaba 22 de 25 temas y me cayeron 2 de los temas que había dejado sin estudiar, así que no tuve más remedio que hacer el otro. Aprobé la primera parte (media entre el tema y el supuesto práctico), aunque fue la nota más baja de mi tribunal, pero debía estar contenta por pasar a la segunda parte al menos, donde además me felicitó el tribunal, obtuve un 9 y la media final mejoró de lo que esperaba. 

Tercera oposición.

Durante ese curso no contaba con que me llamaran de la bolsa, así que me fui a Londres a trabajar y estudiar inglés todo un año. Cuando regresé me trasladé a vivir a Tenerife donde además me matriculé en el Máster de Formación del Profesorado, ya que de esa forma tendría la opción de opositar por la especialidad de Orientación. Mi sorpresa vino cuando se convocaron ese mismo año oposiciones de la especialidad de FP Intervención Sociocomunitaria, viendo que cumplía los requisitos para presentarme y entrar en bolsa, me preparé el temario por encima y logré aprobar el desarrollo del tema, aunque el caso práctico no, pero ya entraba en bolsa. En la defensa de mi TFM el tribunal me invitó a hacer una Tesis sobre el tema que había iniciado, así fue como me metí en ese fregado como doctoranda. Además me ofrecieron ser preparadora de oposición de la especialidad de Primaria y estuve preparando a un grupito muy reducido.

Cuarta oposición.

El año siguiente estaba trabajando como docente de cursos de formación para adultos y monitora extraescolar, hasta que conseguí una vacante como maestra de P.T. a jornada parcial y compartida en dos institutos. Tuve la oportunidad de conocer y aprender desde la realidad cómo funciona el departamento de orientación de un IES, y quedé encantada de la especialidad. Así que aproveché toda esa motivación para decidir prepararme la oposición de la especialidad de Orientación Educativa, la cual pintaba complicada, ya que llevaba muchos años sin convocarse en Canarias y había un gran número de interinos, pero igualmente sentía que había que intentarlo. Decidí prepararme por mi cuenta, ¿cómo lo hice?, pues buscando en internet, contenidos de libros, apuntes de la carrera y del máster, temario compartido con una compañera y muchas horas de estudio. De los 69 temas llevaba 47 temas bien y unos 10 más leídos, entre las 5 bolas de temas, los 5 temas me los había estudiado, todavía recuerdo la sensación de alegría y nervios a la vez, cuando debía elegir cuál desarrollar. Con el supuesto práctico también quedé muy satisfecha. Conseguí aprobar con buena nota y pasar a la segunda parte. Estaba muy motivada y feliz de llegar hasta ahí, quizás eso fue lo que hizo que llegara a la defensa oral tranquila y segura. Finalmente conseguí aprobar la fase oposición, era de las mejores de mi tribunal, pero la fase concurso me dejó fuera de la plaza. Siendo sincera, creo que ese ha sido de los peores momentos de mi vida. Lloré hasta que me quedé sin lágrimas y gracias al apoyo de mi familia y de mi pareja entendí que “si había que empezar de cero, pues se empieza” y no pasaba nada.

Quinta oposición.

El curso pasado conseguí vacante como Maestra de Primaria en un CEIP, sería tutora de quinto. A pesar de que le había cogido el gustito a ser P.T. y a la etapa de secundaria, era mi oportunidad de ejercer como maestra y poner en práctica todas esas ideas e iniciativas metodológicas. A la vez que me preparaba la especialidad de P.T. ayudaba a un grupito a prepararse la especialidad de Primaria de una forma muy personalizada. Aunque era la primera vez que opositaba a P.T. ya me sentía con la suficiente confianza como para afrontar esta especialidad, ya que en cierto modo la especialidad de Orientación y Primaria a las cuales ya había opositado, abarcan parte de P.T. Creo que lo que más me sirvió el año pasado había sido precisamente todo ese bagaje como opositora en los años anteriores. Llevaba prácticamente diez años estudiando, teniendo que comenzar de cero en varias ocasiones, con esa rutina y hábito de estudio, me había estado formando constantemente con cursos de formación, leyendo muchísimo para el doctorado y la guinda la ponía mi experiencia como interina, donde había podido vivir en mi piel la realidad de los centros, sus necesidades, dificultades, problemas, etc. Así fue como con todo ese batiburrillo de conocimientos y habilidades que había desarrollado y una buena dosis de horas y horas en el “opozulo” conseguí dos plazas, una de maestra de primaria y otra de P.T. 

Finalmente había incluso superado mis expectativas, quién me iba a decir que conseguiría dos plazas. Me gustaría que mi experiencia sirviera para dar luz a un caso como tantos de personas que consiguen su objetivo a base de sacrificio por supuesto, pero sobre todo a persistir. Un mensaje de ánimo y aliento para quienes están a punto de rendirse, que pueden hacerlo perfectamente, de hecho yo misma me lo había planteado en muchísimas ocasiones, pero seguí. Hasta aquí una vida como opositora, porque para mí ha sido así, he aprendido de muchos errores que en cierta forma creo que debía vivir para poder aprender de ellos y mejorar. Y sobre todo, aunque respeto cualquier otra forma de hacerlo, a mí me ha servido continuar haciendo otras cosas a parte de opositar, estudiar, viajar, formar una familia, trabajar, desconectar, etc.